El país donde los niños son atrapados al salir de clase para ser mutilados en brutales rituales

El sacrificio humano está destrozando la vida de numerosas familias en Uganda al acabar con la vida de niños inocentes y dejar a los sobrevivientes con horrendos recuerdos. La triste tendencia va en aumento. Los niños son apresados mientras van a la escuela o por agua.

Kanani Nankunda es un menor ugandés que logró escapar de la muerte en un intento de sacrificio humano. No corrió su misma suerte su pequeña hermana de solo ocho años, pues fue asesinada y mutilada ante sus ojos. Los perpetradores de este cruel sacrificio extrajeron los órganos de la menor. Todo en nombre de la brujería, informa 'The Independent'.

El objetivo real [en los sacrificios humanos] son los niños. Les captan mientras van a la escuela, a casa, o acuden por agua

Shelin Kasozi, representante de las autoridades ugandesas en defensa de los interéses de los niños, asegura que el sacrificio de niños va en aumento en el país. Una de las razones es una creencia arraigada de forma particular entre los miembros de la élite del país, según cual su riqueza puede aumentar si sacrifican a un joven. En la mayoría de los casos los niños son las víctimas.

Sepa más: Tanzania: Cortan la mano de un niño para hacer amuletos         

Kasozi recuerda que las autoridades reciben varios casos de sacrificios de niños cada mes. Los datos policiales de la última década revelan que, por ejemplo, en 2006 se registró un solo caso de muerte de menor con los citados objetivos mientras la cifra se elevó a 29 en 2009.

Asimismo los responsables del país africano están preocupados por el futuro de los niños sobrevivientes de estos ataques. Es el caso de Kanani, quien se siente excluido de la sociedad desde que pasó por esta terrible experiencia.

"Los niños son realmente el objetivo [de los sacrificios humanos]. Les captan mientras van a la escuela, o a casa o acuden por agua", explica Kasozi.

Los menores caen en Uganda sacrificados no solo por un afán lucrativo. Tanto brujos como los llamados 'curanderos tradicionales' aseguran que pueden comunicarse con los espíritus y resolver problemas o curar enfermedades con ayuda de los órganos de los niños. Como consecuencia, se ha abierto una auténtica caza de niños a quien se les extraen brutalmente sus corazones, orejas, hígado o genitales.