La actual tensión "innecesaria" entre Europa y Rusia está destruyendo puestos de trabajo y empresas de todo el Viejo Continente y Rusia y no es beneficiosa para ninguna de las partes, señala el analista Bryan MacDonald.
Siguiendo la línea servil de Washington, los líderes europeos esencialmente están clavando alfileres en muñecos de vudú de sí mismos
"Siguiendo la línea servil de Washington, los líderes europeos esencialmente están clavando alfileres en muñecos de vudú de sí mismos. Es tan inútil como ridículo", comenta el analista.
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"La última vez que los principales actores europeos afirmaron seriamente su independencia de EE.UU. fue en 2002, cuando Gerhard Schroeder (entonces canciller alemán) y Jacques Chirac (entonces presidente francés) se opusieron a la invasión ilegal de George W. Bush en Irak. Su valiente postura se vio comprometida por el británico, Tony Blair, quien se retiró para desempeñar el papel de perro faldero de su amo estadounidense", dice, recordando cómo entonces la mayoría de los países europeos retrocedieron ante EE.UU.
La semana pasada el ex primer ministro de Francia François Fillon habló de su desesperación ante "la mansedumbre de París recién descubierta". La mano derecha de Nicolas Sarkozy en el pasado admitió que EE.UU. está llevando a Estados europeos a una "cruzada" contra Rusia que va en contra de los propios intereses de Europa.
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"Aunque Fillon no hizo más que afirmar lo obvio, el hecho de que uno de los recientes gobernantes los dijera públicamente indica el nivel de desesperación en Europa. (...) Esto es muy significativo", recalcó MacDonald.