El general Martin Dempsey ha publicado recientemente una nueva doctrina militar de los Estados Unidos titulada 'Estrategia militar nacional', informa la revista estadounidense 'The National Interest'. Este documento, junto con la Estrategia de Seguridad Nacional del presidente y la Estrategia de Defensa Nacional elaborada por el secretario de Defensa, forman los tres pilares de la estrategia de defensa de Estados Unidos.
Dempsey evalúa la situación mundial como "compleja y sujeta a cambios rápidos". El documento sugiere que las fuerzas estadounidenses deben utilizar su presencia para contrarrestar las amenazas emergentes procedentes tanto de Estados como de grupos no estatales.
En particular, con el fin de contrarrestar al Estado Islámico se requiere "una amplia distribución de fuerzas militares estadounidenses y el aprovechamiento de los procesos de mando y control integrado a nivel mundial" para interrumpir sus redes transregionales.
Al mismo tiempo, Dempsey afirma que el Ejército estadounidense no puede confiar únicamente en su tradicional ventaja tecnológica debido a la difusión de las tecnologías avanzadas y las herramientas de información, incluidos los ataques cibernéticos de todo el mundo.
En consecuencia, "los futuros conflictos entre Estados pueden llegar a ser impredecibles, costosos y difíciles de controlar". Esto es especialmente cierto en las luchas contra los 'actores' de guerras híbridos, cuyas ventajas son las herramientas de la guerra informativa, los actos terroristas y los ataques cibernéticos.
Para ganar las guerras del futuro no se precisa únicamente construir mejores robots, rayos láser y satélites, sino que también seguirá siendo necesaria una planificación inteligente así como un liderazgo fuerte, creativo y mejorado, escribe 'The National Interest'.
El documento elaborado por Dempsey, quien de momento ocupa el más alto cargo militar en la jerarquía estadounidense, califica el peligro de una guerra a gran escala de "bajo, pero en aumento". El documento también señala que Irán, Rusia, Corea del Norte y China no buscan un conflicto militar directo con los Estados Unidos.