Los republicanos, que representan una significante parte de la población de EE.UU., califican el acuerdo entre el Sexteto (Reino Unido, China, Francia, Rusia, EE.UU. y Alemania) e Irán de fracaso, comunica The Guardian.
En ese sentido, el candidato presidencial Lindsey Graham señaló: "Mi primera impresión consiste en que este arreglo es mucho peor de lo que imaginaba y será una pesadilla para la región, para nuestra seguridad nacional y, al fin y al cabo, para todo el mundo". Graham también añadió que el acuerdo es una "eventual muerte para Israel".
No obstante, los expertos consideran que esta reacción tiene raíces más profundas. Según la opinión del decano de la facultad de Sociología y Politología de la Universidad Financiera del Gobierno de la Federación Rusa, Alexandr Shatilov, hay varias razones para dicha desesperación de los estadounidenses.
El experto destaca que EE.UU. "planificaba usar a Irán para sus propios objetivos". Entre estos fines se encontraban los planes de desestabilización del mercado energético mundial debido a una eventual exportación elevada de gas natural y petróleo por parte de Irán tras el levantamiento de las sanciones.
Además, EE.UU. consideraba que las concesiones de los países de Occidente obligarían a que Irán deje de manejar una política independiente en la escala internacional y que pierda su papel en países estratégicamente importantes como Siria y Yemen, señala el analista. Sin embargo, Irán sigue siendo un aliado significativo de Rusia y apoya al régimen de Bashar al-Assad.
"Todo esto irrita a los estadounidenses, que ya se han arrepentido de haberse involucrado en este juego del levantamiento de las sanciones", resume el experto.