Tras el reciente duelo a corta distancia entre el avanzado caza furtivo de quinta generación F-35 y el 'veterano' de la Fuerza Aérea de EE.UU. F-16D, donde salió perdiendo el primero por su poca maniobrabilidad en el combate aéreo cercano, muchos expertos han intensificado los debates acerca la futura naturaleza de los combates aire-aire, escribe el profesor Malcolm Davis del Instituto australiano de política estratégica.
De este modo, el experto militar Andrew Davies asegura que el éxito está en combinar los misiles aire-aire BVR (con un alcance superior a unos 40 kilómetros) con la tecnología furtiva que reduce la detectabilidad de la aeronave, pero también con el desarrollo de sensores superiores, el procesamiento de la información y las capacidades de la guerra electrónica.
El F-35, el caza más avanzado y caro de las Fuerzas Armadas de EE.UU., fue diseñado más con un enfoque hacia los ataques de misiles aire-aire a larga distancia, que al así llamado 'dogfight' ('pelea de perros', en español, o de otro modo, combate aéreo cercano), lo que explica su fracaso en un duelo con el F-16. La moderna aeronave pretende ser un ejemplo para toda la Fuerza Aérea de EE.UU. y sus aliados, ¿pero que más podría impedir al avión estar preparado para los ataques aire-aire del futuro?
La doctrina de la guerra de información china se librará en el espacio (satélites), ciberespacio y a través de todo el espectro electromagnético, escribe Davis. De este modo, el general del Ejército chino, Dai Qingmin, sostiene que el objetivo clave para el Ejército Popular de Liberación de China es interrumpir el funcionamiento de los sistemas de información de los enemigos, protegiendo al mismo tiempo los suyos.
De este modo, en el futuro, ganar en el aire significará ganar en primer lugar la batalla de la información en el espacio, el ciberespacio y el espectro electromagnético, sostiene el autor. La imposibilidad de hacer frente a los sistemas de guerra de información reducirá significativamente la capacidad de los aviones de combate táctico como el F-35 de usar con manera eficaz los misiles BVR.
Al realizar la conclusión, el experto destaca que los analistas chinos y rusos estudian todas las debilidades del F-35 para entender cómo aprovecharse mejor de las mismas en un posible conflicto, escribe Davis. Y en el caso de una batalla real podría resultar que el caza que le costó a Washington una enorme cantidad de dinero y esfuerzos, será relativamente inútil en las nuevas condiciones del combate aéreo.