La creciente presión que el presidente ucraniano, Piotr Poroshenko, ejerce sobre los autodefensas mediante el bloqueo económico, que afecta a la región desde 2014, ha estimulado el uso del rublo ruso y ha obligado a muchas compañías del sector y a sus trabajadores a abstenerse de pagar impuestos al Gobierno ucraniano, escribre James Marson en 'The Wall Street Journal'.
"Yo no quiero pagar impuestos a un país que me bombardea", asegura uno de sus habitantes citado por Marson.
Las empresas locales se han visto obligadas a buscar estrategias que garanticen su supervivencia. Mientras muchas de ellas continúan pagando sus impuestos al Gobierno de Kiev, otras han optado por pagar sumas de dinero a los separatistas, escribe el periodista.
"Tenemos que buscar cómo sobrevivir. La propia Ucrania nos está empujando fuera", expresa Boris Bit-Gevorgizov, dueño de un restaurante de 57 años.
En este contexto, el colapso económico que amenaza a la región se ha visto aliviado en cierto modo por la incursión del rublo como moneda local y la entrada de productos desde Rusia a un precio más bajo, según el diario.
Esta situación, además de propiciar la ruptura de las relaciones entre el Gobierno y el Donbass, reduce las opciones de alcanzar un alto el fuego definitivo, señala el periodista.