El acto de viajar en el tiempo crearía varias versiones de uno mismo; una de ellas cargada de masa positiva y otra de masa negativa, sostiene el físico teórico Robert Nemiroff, de la Universidad Tecnológica de Michigan, que ha elaborado ecuaciones matemáticas para demostrar como funcionaría este proceso según las premisas científicas vigentes en la actualidad, informa LiveScience. Según Nemiroff, los dobles de uno mismo estarían destinados a encontrarse en algún momento, autodestruyéndose mutuamente.
Para ilustrar las implicaciones de este viaje relativista en el tiempo, Nemiroff expone un caso sencillo. En su experimento teórico, una nave espacial sería lanzada desde una plataforma de la Tierra y viajaría a una velocidad cinco veces superior a la velocidad de la luz hasta un planeta situado a unos 10 años luz de distancia, para luego dar media vuelta y regresar a un lugar cercano a la pista de despegue.
En ese momento, explica Nemiroff, un par de "naves fantasmas", una cargada de masa positiva y otra con masa negativa, "saldrían del aire".
Cuanto más se acerca uno va a la velocidad de la luz y más largo es el viaje, más allá en el futuro se puede ir
Cinco años después del embarque, se produciría una aparición un tanto extraña: dado que la luz de la nave espacial viaja más despacio que la nave espacial en sí, cuando la nave regresara y aterrizara en la pista, los terrícolas verían imágenes de la nave en su salida y otra nave espacial de aspecto similar en su camino de regreso.
Ocho años más tarde, se registrarían sucesos aún más extraños: una imagen de la nave aterrizando en la pista sería todavía visible, al igual que dos imágenes (tal vez hologramas) de la nave espacial en su viaje de ida y de vuelta. Esta vez las imágenes parecerían mucho más lejanas. Finalmente, al cabo de poco más de 10 años, los pares de las naves espaciales fantasmas se aniquilarían entre sí.
"Cuanto más se acerca uno va a la velocidad de la luz y más largo es el viaje, más allá en el futuro se puede ir", explica el físico teórico.