El cuerpo de Sumitery Taniguchi, de 86 años de edad, es toda una red de cicatrices: el terrible recordatorio del 9 de agosto de 1945. Ese día, el joven Sumitery, de 16 años, fue una de las miles de víctimas de la explosión atómica que destruyó la ciudad portuaria japonesa de Nagasaki, escribe 'Daily Mail'. Se encontraba a poco más de un kilómetro del epicentro, y la bomba destrozó casi todo su cuerpo dejándole con la espalda quemada, la carne descompuesta y los huesos expuestos.
El anciano es todavía incapaz de enderezar completamente su brazo izquierdo, y su esposa tiene que aplicarle crema hidratante en sus cicatrices cada mañana para reducir la irritación. Tres de sus costillas están medio podridas por el ataque y le presionan los pulmones dejando bultos e hinchazones en el pecho.
Taniguchi muestra sus horribles cicatrices en el marco de su trabajo con el grupo de los supervivientes de Nagasaki dedicado a la lucha contra la proliferación nuclear. Tanto él como su grupo esperan que nadie nunca más sufra el dolor de una explosión nuclear.
For the first time in 70 years, Sumitery Taniguchi, 86, reveals his scars of #Nagasaki. //t.co/uooY5Y4Zgmpic.twitter.com/0XVEbzhkiN— Nigel Britto (@NigelBritto) August 9, 2015
Sumitery Taniguchi, Nagasaki survivor and anti nuclear weapon campaigner. Every day he rubs ointment onto his wounds. pic.twitter.com/kZ0j4Xn12E— Bessemer (@Bessemerband) August 9, 2015
70 anni da #Nagasaki: Sumitery Taniguchi, 86 anni, mostra la foto di se stesso ferito dopo la #bomba#atomica. pic.twitter.com/wXBOdvr9OP— Altri Mondi Gazzetta (@AltriMondiGazza) August 8, 2015