La gran mentira que los nazis fabricaron para ocultar la masacre de millones de judíos
Theresienstadt, ubicada en lo que hoy es República Checa, fue inaugurada en 1941 y durante toda la Segunda Guerra Mundial fue considerada una ciudad de vacaciones para los judíos más adinerados. Aunque en realidad este gueto era totalmente diferente y sus reclusos vivían un verdadero infierno, informa el diario 'ABC'.
En 1944, en un intento por demostrar al mundo que en las cárceles alemanas no se estaban masacrando a seres humanos, los nazis crearon una increíble farsa y permitieron que una comitiva de la Cruz Roja Internacional entrara a la 'ciudad modelo'. Para la inspección se maquilló el recinto construyendo falsos parques, jardines, escuelas, cafeterías, etc.
Los nazis seleccionaron a los reclusos que se encontraban en mejores condiciones físicas y de salud mientras que al resto los deportaron a otros campos de concentración o los escondieron. Se les obligó a vestirse con la mejor ropa, a realizar actividades como si estuvieran libres, les suministraron alimentos de la mejor calidad y hasta se realizó un concierto al aire libre con cientos de 'felices espectadores', con el objetivo de convencer a la comitiva de que los reclusos estaban felices de encontrarse allí.
Tras finalizar la inspección la Cruz Roja dio el visto bueno e incluso elogió a Theresienstadt. Pero inmediatamente los alemanes destruyeron todo lo que habían construido para la visita de los observadores y la vida de los reos volvió a la cruel realidad. En las jornadas siguientes, miles de niños y adultos que participaron en la farsa fueron enviados a centros de exterminio para evitar dejar rastros de lo sucedido.