La suma, que pretendía incluir los gastos de investigación, producción y mantenimiento técnico de un avión ultramoderno de largo alcance, subió de 33.100 millones de dólares a 58.400 millones, informa la agencia Bloomberg. Es más, la cifra presentada tampoco resultó ser cierta, ya que, preguntada sobre los motivos del desmesurado encarecimiento, la portavoz oficial de la Fuerza Aérea señaló que el costo exacto sería de 41.700 millones de dólares para los periodos de diez años posteriores tanto a 2015 como a 2016.
El consorcio de Boeing y Lockheed Martin compite por los contratos para desarrollar el bombardero con el conglomerado de empresas aeroespaciales Northrop Grumman. La secretaria de la Fuerza Aérea, Deborah James, dijo que la decisión sobre qué ejecutora se llevará el contrato podría ser adoptada este agosto, mientras que otras fuentes en el Pentágono señalaron a la agencia que la decisión sería pospuesta hasta septiembre u octubre.
La revelación de estos errores de cálculo hecha de cara a la adjudicación del futuro bombardero a uno de los fabricantes "no inspira mucha confianza", dijo el analista en materia de defensa del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales Todd Harrison, consultado por Bloomberg.