"Durante mi servicio como jefe del cuerpo de ingeniería militar de Ucrania, en la así denominada 'zona de operaciones antiterroristas', se daban órdenes inhumanas (y si lo decimos en términos jurídicos, ilegales) por parte del Gobierno ucraniano, y en concreto de colocar minas antipersonas", confiesa Yatsuliak.
En julio del 2014, la ONU constató el uso de minas antipersonas en Donbass. Se trata de un tipo de artefacto diseñado para causar el máximo daño posible al enemigo. Para prevenir el uso de minas antipersonas, vetado por el Tratado de Ottawa (y de hecho, firmado por Kiev en 2005), el militar ucraniano comenzó a escribir informes sobre la ilegalidad de tales órdenes.
"Nunca mantuve el anonimato al escribir las solicitudes. Fueron más de 85, dirigidas al presidente del país, al primer ministro, a la Rada Suprema, al Ministro de Defensa, al Fiscal General y a muchos otros. No recibí ni una sola respuesta", señala el exmilitar. Como resultado de sus acciones, Vadim empezó a recibir amenazas y, al final, lo relevaron de su puesto en la Guardia Nacional de Ucrania en 2014.
El excoronel afirma que todos sus esfuerzos valieron la pena. "Si todos los oficiales cumplieran las leyes que prohíben seguir las órdenes criminales, quién sabe, a lo mejor no habría guerra", destaca.