Según informa el periódico 'ABC', desde el febrero de 1937 hasta la invasión de Polonia en 1939 el líder nazi, Adolf Hitler, aseguró que siempre "respetaría la inviolabilidad y neutralidad de Suiza". No obstante, con el tiempo la opinión del 'Führer' cambió y la Alemania nazi empezó a planear el ataque a "esa espinilla en Europa".
El primer plan, llamado 'Operation Tannenbaum' ('operación árbol de Navidad'), empezó a gestarse en junio de 1940 tras la conquista de Francia, que dejó a los suizos rodeados por el enemigo. El Ejército del Tercer Reich preparaba un ataque simultáneo desde el oeste y desde el sur del país que, según esperaba Hitler, iba a provocar pánico entre la población. No obstante, la operación nunca llegó a realizarse debido a los planes de invadir la Unión Soviética, que requería significativos recursos.
Un segundo plan que también buscaba aprovechar las posiciones nazis en Francia fue presentado en octubre del mismo 1940, pero no provocó mucho entusiasmo en el Tercer Reich y quedó en el olvido. A partir de 1941 Hitler empezó a suavizar su política hacia el país helvético, que seguía proporcionando a los nazis equipos ópticos y maquinaria de guerra al mismo tiempo que mantenía relaciones comerciales con los aliados.
Solo en 1943 los planes de la Alemania nazi de conquistar Suiza fueron reactivados cuando el general Herman Böhme propuso una estrategia para invadir el país mandando doce divisiones y tres divisiones de montaña por el norte capturando las industrias intactas. No obstante, la caída de Italia a finales de 1943 rompió las últimas esperanzas de Hitler de apoderarse de Suiza, que se convirtió en una de las pocas naciones europeas jamás conquistadas por los nazis.