El aparato, desarrollado por el Instituto de Investigación Científica de Ingeniería de Moscú, cuenta con tecnología de sigilo y motores de bajo nivel de ruido que convierten a este dron en un aparato casi totalmente silencioso e invisible para los radares.
Su sistema de "colchón de aire" le dota de características propias de los drones anfibios, haciéndolo multifuncional y capaz de despegar desde cualquier pista, ya sea una superficie blanda, acuática, desde un pantano o desde un terreno cubierto de nieve.
El Chirok tiene un peso máximo de despegue de unos 700 kilos y es capaz de transportar 300 kilos de carga útil. Su techo máximo es de unos 6.000 metros y el rango operacional alcanza los 2.500 kilómetros.
Esta nueva forma de conjugar tecnología de aerodeslizadores con naves no tripuladas será de gran utilidad en el campo civil para monitorear y evaluar distintas situaciones, como incendios forestales, desastres naturales o el tráfico en las carreteras, y para patrullar territorios, entre otras tareas.
En el ámbito militar el Chirok, que puede portar bombas, misiles y proyectiles de precisión, estaría destinado a llevar a cabo misiones de reconocimiento y ataques de precisión teledirigidos.