Además del hábito de Francisco de "mezclarse con la multitud, besar a los bebés y ser accesible a los enfermos y ancianos", según publicó WND, otro factor que preocupa a la seguridad es el vehículo abierto en el que se desplazará.
En este sentido, fueron alarmantes las declaraciones de Dan Bongino, un exagente del Servicio Secreto que acusó al Vaticano de ponerlos en una muy difícil situación, ya que el papamóvil que usará Francisco en Estados Unidos solo tiene vidrio frontal, pero está abierto en los costados. Por eso, advirtió que si algo le ocurriera al pontífice "la gente acusaría al Servicio Secreto y no a la seguridad del Vaticano".
"Por la manera en la que el papa Francisco quiere manejar su seguridad, con una presencia más discreta, la seguridad de su visita a Estados Unidos será un desastre", advirtió.
Durante su estadía en Estados Unidos, entre el 22 y el 25 de este mes, el jefe de la Iglesia católica se movilizará en un Jeep Wrangler similar al que utilizó en su paso por Ecuador.
Mientras tanto, un conflicto interno hace que el operativo sea aún más complejo. Resulta que desde que el Servicio Secreto dejó de ser parte del Departamento del Tesoro y pasó a la Administración de Seguridad del Transporte la moral de sus agentes es cada vez menor, por lo que muchos tratan de ser transferidos a otras agencias federales del Gobierno.
"La presión ejercida sobre nosotros por las restricciones de seguridad de la visita del papa no están ayudando a la situación en absoluto", concluyó una fuente del Servicio Secreto.