En el comité que Lundestad encabezó hasta el año 2014 esperaban que la condecoración incentivara a Obama a aplicar más esfuerzos en materias en las que tenían esperanzas puestas en el mandatario americano, como el rechazo general a las armas nucleares y a los "esfuerzos extraordinarios" del presidente para reforzar la diplomacia internacional y fomentar la cooperación entre los pueblos". Los miembros creían que su decisión "podría servir para apoyar a Obama, pero no tuvo ese efecto".
Desde la propia Casa Blanca señalaron que no entendían el mensaje, y afirmaron que en el momento de la concesión de los premios Obama solo llevaba nueve meses en el cargo, un tiempo demasiado limitado para haber podido influir lo suficiente en la política mundial. "Incluso muchos de los que apoyaban a Obama creyeron que concederle el premio fue un error", revela un fragmento citado por la agencia AP. "En este sentido el comité no consiguió lo que esperaba".
Lundestad revela que en Washington sopesaron la posibilidad de desaconsejar la concesión del Nobel de la Paz al presidente estadounidense. Desde el gabinete de Obama "preguntaron si alguna vez alguien había rechazado acudir a Oslo para recibir el premio". Sin embargo, en la Casa Blanca "se dieron cuenta rápidamente de que debían viajar a Oslo", dice el noruego.
El propio autor escogió hacer público el fragmento concerniente a Obama antes que el resto del libro porque "ningún Premio Nobel de la Paz ha conseguido más atención pública que el premio de 2009 a Barack Obama".