Las autoridades rusas se han puesto el objetivo de aumentar la capacidad anual de la Ruta Marítima del Norte desde los 4 millones de toneladas de carga actuales hasta los 80 millones de toneladas en el horizonte de 2030.
El jefe del consejo empresarial de la Comisión para el Desarrollo Ártico, Serguéi Shishkariov, acentuó en una reunión del organismo que hay que elevar el atractivo de la región ártica para atraer inversiones privadas y aunar esfuerzos del Estado y las empresas para el desarrollo de la región.
No en vano, uno de cada cinco empresarios de la zonas árticas rusas está interesado en el aumento de la navegación comercial a través de la Ruta Marítima del Norte, según el Fondo de la Opinión Publica citado por el portal Gazeta.Ru.
El mayor rival de la ruta que conecta Asia y Europa a través del norte ruso es el canal de Suez, que supone un volumen anual de unos 1.000 millones de toneladas, o lo que es lo mismo, el 10 por ciento del tráfico global.
El canal aporta a las arcas egipcias 5.300 millones de dólares anuales, una suma que como mínimo se duplicará en los próximos años tras la apertura del nuevo tramo del canal este año.
Entretanto, la Ruta Marítima del Norte ya ha atraído el interés de China, Japón y Corea del Sur. Pekín se ha manifestado dispuesto a usarla para transportar entre el 10 y el 15 por ciento de sus cargas de comercio exterior, lo que equivale 350.000 millones de dólares al año.
"La organización del tráfico en el Ártico no solo abre una nueva ruta internacional entre Europa y Asia-Pacífico sino que también estrecharía los lazos entre Oriente Lejano de Rusia y su parte europea, algo que impulsaría el desarrollo de la zona ártica y abriría acceso a sus recursos", señaló Peguin.
China ya es el segundo país más activo en el aprovechamiento de la ruta norteña tras Rusia.
Asimismo, la Doctrina Marítima de Rusia prevé la modernización de la flota de rompehielos para mantener la ruta norteña abierta todo el año.