Al comentar las acusaciones iniciales del Pentágono, que sin tener pruebas concretas afirma que los ataques aéreos rusos en Siria tienen como objetivo las posiciones de los rebeldes sirios y no las del Estado Islámico, Max Abrahms, catedrático de ciencias políticas de la Universidad del Noreste, con sede en Boston, señaló que las palabras de la Defensa estadounidense son pura "guerra propagandística".
"Lo que está teniendo lugar es claramente una guerra propagandística. Quienes se oponen a la participación de Rusia en Siria argumentan que los rusos no son sinceros cuando explican por qué están en el país. Además, se dice que concretamente los rusos serán inútiles en la lucha contra el Estado Islámico y en realidad solo se dedican a apuntalar el régimen de Al Assad, que está siendo atacado no tanto por el Estado Islámico sino por las fuerzas rebeldes más moderadas, esas que EE.UU. está tratando de construir", dijo el profesor en su entrevista con RT.
"Y Rusia, por su parte, está diciendo exactamente lo contrario. Lo que hay que destacar es que los ataques demostraron una precisión real, demostraron ser 'quirúrgicos' y estar dirigidos contra la infraestructura del Estado Islámico. Y, eso sí, existe una cruel guerra de propaganda que tiene como objetivo desacreditar a Rusia o demostrar que este país es realmente un importante baluarte contra el Estado Islámico", recalcó.
Y esta propaganda está dando sus frutos. "Los ciudadanos estadounidenses, creo, están demostrando un cambio de actitud muy notable en contra de la participación de Rusia. Creo que hay una creciente preocupación por el Gobierno de Al Assad. He visto muchos informes negativos. Hoy ha sido, por supuesto, el primer día de participación directa de Rusia en ataques militares. Así que se está desacreditando y estigmatizando a Rusia diciendo que no puede ser un socio en una guerra contra el Estado Islámico, sino que está allí para extender su alcance geopolítico y apoyar a su amigo, el régimen de Al Assad, y para debilitar a la vez a los rebeldes moderados, mientras que lo que hace realmente es molestar a EE.UU. y avergonzar al Gobierno de Obama, que cada vez más es visto como un Gobierno sin carácter", explicó.