En las últimas 24 horas, aviones rusos Su-34, Su-24M y Su-25 han lanzado ataques aéreos contra nueve posiciones del grupo terrorista Estado Islámico en Siria y han realizado 25 vuelos desde la base aérea de Jmeimim, según ha informado el representante oficial del Ministerio de Defensa de Rusia, Ígor Konashénkov, citado por TASS.
"Todos los ataques tenían como objetivo desorganizar el control e interrumpir el sistema de suministro técnico-militar de los terroristas", ha anunciado Konashénkov. "Los ataques se realizaron contra nueve blancos de las formaciones criminales del Estado Islámico", ha agregado.
Konáshenkov ha precisado que los cazas Su-24M atacaron un centro de comunicaciones del Estado Islámico en la provincia siria de Homs y destruyeron un puesto de mando cerca de Rastán, en la provincia de Hama. Asimismo, cerca de la localidad de Talbisah, en la misma provincia de Homs, fueron atacadas tres instalaciones utilizadas por el Estado Islámico. Los ataques destruyeron dos arsenales.
La aviación rusa también destruyó una posición de artillería reactiva de los yihadistas cerca de Yisr al Shugur, en la provincia de Idlib, ha comunicado el representante del Ministerio. Asimismo, los cazas atacaron un campo de entrenamiento del grupo terrorista cerca de la misma localidad. Otros seis ataques contra una base del Estado Islámico cerca de la ciudad de Idlib eliminaron 30 unidades de técnica militar.
"La acción de Rusia parece ser el primer paso hacia acabar con el Estado Islámico y debería estar complementada por una acción internacional y un apoyo global", ha expresado Sergio Castaño Riaño, doctor en relaciones internacionales de la Universidad de Valladolid, en relación con los nuevos ataques rusos.
Asimismo, el analista ha hecho hincapié en que "la coalición liderada por EE.UU. ha buscado aliados dentro de Siria" entre los heterogéneos grupos opositores a Al Assad, a los que "se les ha armado sin tener consciencia de quiénes eran realmente".