La Fuerza Aérea de Rusia, que activó el 30 de septiembre su operativo antiterrorista en Siria, ataca nudos de comunicaciones de los combatientes del Estado Islámico, sus sedes y presuntos dispositivos de armas y municiones, combustible y alimentos.
Además, las fuerzas aeroespaciales rusas bombardean vehículos, muchos de los cuales pertenecían antes al ejército iraquí o las fuerzas armadas sirias, o se encontraban en almacenes estadounidenses desde la guerra en Irak.
El número de vuelos de combate realizados indica que se utiliza la táctica de guerra rápida, informa el corresponsal de RT, Murad Gazdíev, que se encuentra en la base aérea de las fuerzas aéreas rusas en Siria.
Los ataques no solo se llevan a cabo por medio de cazas, sino también de buques. El 7 de octubre cuatro buques de la Flotilla rusa del mar Caspio lanzaron 26 misiles de crucero navales Kalibr contra infraestructuras del Estado Islámico en Siria, destruyendo 11 objetivos.