Cuando a principios de mes el jefe de la Casa Blanca intentó contestar a sus críticos, sus respuestas y justificaciones dejaron más dudas que certezas, en medio de frases inconclusas, interrumpidas o rectificadas, recuerda Foreign Policy.
Según el portal, tres son los aspectos más cuestionados de la política exterior estadounidense: el primero estaría vinculado con el funcionamiento de la democracia; el segundo con la forma en la que opera la burocracia de seguridad nacional; y el último con la forma en que se presenta la política exterior.
Sobre el primer punto, el medio considera que Obama no garantiza decisiones sabias y señala que en una democracia el pueblo y sus dirigentes deben emitir un juicio sobre la política exterior del Gobierno, tal como el propio Obama hizo -a menudo con corrección- cuando la Administración de Bush invadió Irak.
A ello se une el hecho de qu los resultados no son los esperados, recuerda Foreign Policy. Basta con observar las demoras en la lucha contra el Estado Islámico y los fallos en el programa de entrenamiento de la insurgencia siria. Por lo tanto, si Obama quisiera desplegar con rapidez el poderío militar de su país no encontraría obstáculos que se lo impidieran, sin importar que la burocracia siga evaluando la financiación, el mantenimiento y otras cuestiones.
La última debilidad de la política exterior de Obama que analiza el portal tiene que ver con las falsedades de su discurso. Según sus críticos, la Administración a menudo no habla con franqueza sobre sus objetivos reales, por lo que mientras desde la Casa Blanca se sugiere una actitud revolucionaria, en realidad ejecuta una política tradicional, sostiene el medio.
En consecuencia, sobre el presidente de Estados Unidos se realizan crudos análisis que, incluso, dudan sobre su seriedad, sobre todo cada vez que se mete en callejones de confusión y desorden al intentar explicar y analizar su política exterior.
Por último, el portal sugiere cuál podría ser la solución a este conflicto: empezar a tener éxito en las políticas de Estado para preservar las alianzas y la seguridad global, lo que terminaría con los cuestionamientos y con las confusiones discursivas.