El 7 de octubre la flota tiró por tierra el supuesto aceptado hace tiempo en EE.UU. de que nadie es capaz de competir con las fuerzas militares estadounidenses "con armas convencionales", sin armas nucleares, explica el experto del Centro de Análisis y Pronóstico Sistemáticos de Rusia Rostislav Ischenko, citado por RIA Novosti. Según Ischenko, en esta noción "se basaba la impudencia de la política exterior de EE.UU.", convencido de que Rusia no iniciará una guerra nuclear ni siquiera por Ucrania y menos aún por Siria.
Antes de este ataque, EE.UU. consideraba las flotillas rusas en diferentes mares unas fuerzas capaces de "defender solo las costas correspondientes, captar a contrabandistas y cazadores furtivos, así como llevar a cabo operaciones anfibias en sus aguas". La "amenaza real", para EE.UU., eran solo las partes de las Flotas del Norte y del Pacífico rusas, "capaces en teoría de alcanzar los océanos Atlántico y Pacífico".
Una sola descarga de 26 misiles Kalibr contra las bases del Estado Islámico en Siria eliminó por mucho tiempo a la flota de EE.UU. del espacio marítimo
Pero el reciente ataque ruso ha demostrado que los buques rusos no tienen que ir a ningún lado para "destruir cualquier enemigo" en el Mediterráneo oriental, el golfo Pérsico, el canal de la Mancha, el mar del Norte y el de Noruega, así como en todo el norte del Atlántico, y para "hundir todo lo que hay en el Pacífico al norte de Hawái".
En opinión del experto, EE.UU. calculaba que para destruir un grupo de ataque con portaaviones, Rusia tendría que disparar simultáneamente 100 misiles, por lo que tendría que juntar en un solo lugar "todos los barcos de choque" incluidos submarinos de las Flotas del Norte y del Pacífico, y de esta manera dejar que EE.UU. destruyese las flotas.
Pero Rusia no necesita acercar sus naves grandes hacia los objetivos militares para tacarlos ya que incluso los "barcos poco atrayentes" pueden lanzar misiles desde una distancia de miles de kilómetros. "EE.UU. no es capaz de vigilar todos los barcos patrullas que cazan a pescadores furtivos en los mares de Ojotsk o en el Caspio, pero ahora resulta que son capaces de hundir un portaviones estadounidense a tres mares de estos barcos desapercibidos". Es algo que reduce la posibilidad de EE.UU. de detectar estos misiles de antemano y de esta manera reduce la cantidad de misiles necesarios para destruir un grupo con portaviones.
"Una sola descarga de 26 misiles Kalibr contra las bases del Estado Islámico en Siria este 7 de octubre eliminó por mucho tiempo a la flota de EE.UU. del espacio marítimo" como factor de fuerza, resalta Ischenko. Si antes EE.UU. podía imponer su voluntad simplemente amenazando con aplicar una fuerza que nadie podía contrarrestar, "ahora Washington tendrá que negociar y persuadir", algo que "EE.UU. ha olvidado cómo se hace", afirma el experto.
Pero los argumentos de EE.UU. son débiles, estima Ischenko. "Según el presidente estadounidense, Barack Obama, EE.UU. es el mejor, porque es el mejor, y todos le deben algo porque todos le deben algo. Este razonamiento tenía peso hasta el 7 de octubre de 2015, Ahora no es nada más que la opinión de una persona", concluye.