Esclavas sexuales del EI vendidas como animales se suicidan para escapar de las violaciones

Decenas de niñas yazidíes han acabado suicidándose después de que combatientes del Estado Islámico abusaran sexualmente de ellas, han revelado dos activistas que arriesgan sus propias vidas para rescatar a las esclavas sexuales de los yihadistas.

El diario 'The Daily Mail' habló con Ameena Saeed Hasan, una madre yazidí que dirige desde su apartamento de Dohuk, el norte de Irak, una 'operación de contrabando' para rescatar a las esclavas sexuales de los miembros del grupo radical. El diario también conversó con Abu Shujaa, un hombre de negocios apodado 'el padre coraje' por haber ayudado a escapar del cautiverio yihadista a cerca de 400 personas.

La activista afirma que las niñas que no logran escapar cometen suicidio para no tener que soportar ni un solo día más las violaciones, torturas y palizas a las que las someten sus captores. "Muchas chicas pierden la esperanza cuando están con el Estado Islámico y elijen el suicidio si no pueden encontrar un camino de regreso", dice Ameena, exlegisladora iraquí de 36 años.

Más de 500 mujeres y niñas yazidíes fueron secuestradas cuando el EI irrumpió en la región de Sinjar el pasado agosto y más de 5.000 de sus hombres fueron asesinados. Ameena y su esposo han ayudado a cientos de mujeres a escaparse, pero no siempre tienen éxito.

El combatiente del EI que abusó de ella mató a su hija. Tenía solo un año y cinco meses y él la mató delante de sus ojos

"Hace diez días ayudamos a escapar a una chica con sus hijos", cuenta la activista. "Pero el combatiente del EI que abusó de ella mató a su hija. Tenía solo un año y cinco meses y él la mató delante de sus ojos", cuenta tratando de contener las emociones.

"Muchas de las chicas quedan embarazadas, pero cuando regresan abortan. No quieren el bebé. Dicen que su padre es uno del 'fuego', un hombre del Estado Islámico", añade Ameena.

En cuanto al proceso de liberación, la mujer ha contado que las niñas cautivas le llaman pidiendo ayuda después de que Ameena haya mandado su número a uno de los "contrabandistas", que organizan un encuentro cerca del lugar donde están recluidas y luego les ayudan a escapar. El precio de la operación, por su parte, puede variar entre 2.000 y 4.800 dólares.

Ameena ha señalado que actualmente cuentan en Dohuk con una Oficina de Asuntos Yazidíes financiada por el Gobierno de Masud Barzani, el presidente de la región del Kurdistán iraquí. Sin embargo, los problemas no terminan con la liberación de las esclavas sexuales, ya que muchas mujeres yazidíes al regresar no tienen dónde vivir, algo de lo que Ameena culpa a Occidente y el Gobierno iraquí debido a su inacción. "La comunidad internacional debe ayudarnos. Si no nos ayudan terminaremos [nuestra misión] dentro de diez años", concluye la activista.