"Muchas personas tienen la impresión de que los disturbios en Oriente Medio son una constante política, y esto lleva a la idea de que esta región del mundo simplemente no puede, y no entiende las delicadezas de la diplomacia y la construcción de la paz", escribe la autora del articulo.
Sin embargo, prosigue, "la verdad es que la mayoría de las crisis actuales en la región se remontan a los pasillos de la Casa Blanca".
En opinión de Shakdam, aunque sería injusto "achacar toda la culpa a EE.UU.", también es verdad que "si no fuera por el intervencionismo militar estadounidense, la región MENA (Oriente Medio y norte de África) y, por consecuencia, el resto del mundo, podrían estar ahora en una situación política muy diferente".
Por ejemplo, el Estado Islámico nunca podría haber levantado su fea cabeza", afirma la escritora.
La mayoría de las crisis actuales en la región se remontan a los pasillos de la Casa Blanca
"Si no fuera por la ingeniería política de EE.UU. y el silencio de capitales occidentales, la muerte y la destrucción no habrían ocurrido en la MENA de la manera que lo hicieron. Cientos de miles de hombres y mujeres no habrían tenido que huir de sus hogares y sus tierras, si no fuera por las ambiciones globales de EE.UU.", denuncia Shakdam.
Según la analista, "mientras los halcones de EE.UU. siguen derramando su veneno, armando y financiando las llamadas 'revoluciones democráticas' en toda la región MENA, el terror, la violencia y el radicalismo han ganado terreno de manera exponencial".
"Desde Libia hasta el Líbano, Yemen, Egipto, Túnez y Baréin, ha dominado la misma narrativa del odio y la división; como si unas manos invisibles estuvieran tirando de los hilos, empujando a los países y a la gente a seguir formatos políticos predeterminados", enfatiza la experta.
¿El tiro por la culata?
Hoy en día, la "sed de control se ha agravado en este gran aparato de política exterior en la sombra", opina Shakdam, explicando que este control se ejerce a través de las ONG financiadas por EE.UU., como la Fundación Nacional para la Democracia (NED, por sus siglas en inglés), implicada en el golpe de Estado en Ucrania, o la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), utilizada en Oriente Medio junto con la NED, "para ayudar a impulsar una narrativa de división, y así contrarrestar los llamamientos de movilización popular contra la intromisión extranjera".
"Estas ONG, agentes encubiertos perfectos, han servido como células durmientes de la CIA", detalla la analista.
Desde Libia hasta el Líbano, Yemen, Egipto, Túnez y Baréin, ha dominado la misma narrativa del odio y la división; como si unas manos invisibles estuvieran tirando de los hilos, empujando a los países y a la gente a seguir formatos políticos predeterminados
Desde el punto de vista de Shakdam, las políticas de desestabilización masiva del exconsejero de Seguridad Nacional de EE.UU., Zbigniew Brzezinski, "sus llamamientos a armar a fanáticos religiosos reaccionarios y otros sociópatas políticos en vista de la ampliación del alcance de Estados Unidos en el mundo, se han convertido en la política estándar de EE.UU.".
No obstante, asevera la escritora, "aquí es donde el monstruo de la política exterior de EE.UU. podría irónicamente volverse en su propia contra".
"Si durante las últimas décadas la CIA ha logrado desviar fondos públicos para financiar las estructuras políticas en la sombra en el extranjero, ¿no podemos imaginar que ahora se vuelva hacia el interior y cree un gobierno en la sombra capaz de deponer todas las instituciones estadounidenses?", se pregunta la analista y concluye: "¿Ha iniciado su crepúsculo la Señora Libertad?"