Como resultado de los ataques, se logró destruir cuatro puestos de mando, seis almacenes de municiones y armas, una batería de morteros, dos búnkeres subterráneos, 32 campamentos de los terroristas y seis posiciones fortificadas del Estado Islámico.
El Su-24M ruso lanzó bombas de caída libre contra un depósito encubierto de municiones del grupo terrorista cerca de la aldea de Salma, en la provincia de Latakia. La instalación fue completamente arrasada, según el portavoz del Ministerio ruso de Defensa, el general mayor Ígor Konashénkov, citado por RIA Novosti.
En la provincia de Homs, los bombarderos Su-34 destruyeron las fortificaciones subterráneas de los yihadistas, mientras que en la provincia de Hama, los Su-24 lanzaron ataques contra el puesto de mando de una de las unidades de la organización terrorista Jaish al-Fatah.
Desde el 30 de septiembre, a petición del presidente sirio Bashar al Assad, Rusia lleva a cabo ataques aéreos contra instalaciones del Estado Islámico en Siria. El grupo de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia en Siria está compuesto por aviones de ataque Su-25, bombarderos Su-24M, cazabombarderos Su-34 y cazas Su-30SM.