Video: Buques de guerra y cazas supersónicos en una exhibición de la flota naval y aérea de Japón

Las Fuerzas de Autodefensa de Japón han demostrado su creciente poderío naval con la participación de su novedoso portahelicópteros Izumo en unas maniobras asistidas por el mando de la Tercera Flota de EE.UU.

El alineamiento de la Marina nipona tuvo lugar cerca de las costas de la isla de Honshu, en la bahía de Sagami, al sudoeste de Tokio. Toda clase de buques de transporte, cruceros, destructores, lanchas y submarinos estuvieron presentes, sobrevolados por un bombardero, varios helicópteros de combate y una escuadrilla de aviones supersónicos.

Al evento asistió la comandante en jefe de la Tercera Flota estadounidense, Nora Tyson, que llegó al lugar a bordo del portaaviones Ronald Reagan, el buque insignia del 5.º grupo de asalto portaaviones, que atracó en el cercano puerto de Yokosuka el 1 de octubre. El navío llegó a Japón para pasar de la Tercera a la Séptima Flota, que vigila las regiones occidentales del océano Pacífico.

Tanto el USS Ronald Reagan como el JS Izumo representan lo más potente y avanzado de las Marinas estadounidense y nipona. El portahelicópteros japonés, construido entre 2011 y 2013 con un presupuesto de 1.500 millones de dólares, se incorporó en las denominadas Fuerzas de Autodefensa en marzo de 2015. Lo clasificaron oficialmente como un 'destructor de helicópteros' porque, de conformidad con su Constitución, Japón profesa una doctrina pacifista que no le permite contar con ningún tipo de armas de asalto.

No obstante, el Izumo es el buque de guerra nipón más grande construido después de la Segunda Guerra Mundial. Tiene potencial para llevar a cabo expediciones muy distantes y ahora aprenderá a actuar conjuntamente con el Ronald Reagan.

Cuando el primer ministro nipón, Shinzo Abe, visitó por primera vez este portaaviones estadounidense mencionó en un discurso la posibilidad de la "autodefensa colectiva", es decir, el uso de la fuerza conjuntamente con los países aliados y en defensa de los intereses comunes. La declaración coincidió con las tensiones entre el país norteamericano y China por las islas artificiales en el mar de la China Meridional, cuya soberanía reclama Pekín.