Ahora que la crisis de Oriente Medio afecta directamente a los países europeos, la canciller alemana, Angela Merkel, se enfrenta a varios y serios desafíos, en medio de una pérdida de prestigio y poder, escribe el columnista político, John Vinokur, en el periódico 'The Wall Street Journal'.
Merkel, apodada como 'Madre Teresa' y 'Santa Juana, patrona de los refugiados' por diarios alemanes como 'Der Spiegel' y 'FAZ' -recuerda Vinokur- "sabe lo que es el orgullo". Según él, el conflicto en Oriente Medio se ha convertido "en algo que Europa vive todos los días", y Merkel se comporta "como si su política no tuviera nada que ver con esto".
Según el columnista, en los últimos diez años Alemania ha sido la fuerza motriz en Europa, y Merkel, al frente de la política alemana, ha tenido todas las oportunidades para detener la desintegración de Siria y evitar la crisis migratoria actual. Sin embargo, indica el columnista, "Berlín dio la espalda a todo lo que pareciera un susurro de compromiso militar".
Según Vinokur, al menos un millón de refugiados sirios e iraquíes llegarán a Alemania este año. Cuando le preguntaron a la canciller en una radio sobre la llegada incesante de refugiados, Merkel dijo: "Dios nos lo puso en el plato". El electorado alemán rechaza la fórmula de Merkel de que Alemania "es una superpotencia moral" y el hecho de que elija la estabilidad y la seguridad supone una amenaza para el poder y prestigio personal de Merkel, reza el artículo. Según las últimas encuestas, solo el 32% de los alemanes está de acuerdo con las palabras de la canciller acerca de la capacidad de Alemania de absorber el flujo masivo de musulmanes sirios e iraquíes, agrega Vinokur.
Otro columnista, Alex Gorlach, sostiene en un artículo para 'The Huffinghton Post' que aunque Merkel "probablemente creía que la posibilidad de que Alemania hiciera frente a este problema mostraría que Europa vive según sus ideales", la realidad es bien distinta. "Sin embargo, el proyecto postnacional que siempre ha buscado la Unión Europea, ahora se está viniendo abajo debido a la discordia y a una atmósfera de desconfianza mutua entre los países europeos", señala el columnista.
"La gran canciller alemana" pierde la lucha contra su propio electorado y colegas del partido, lo que podría conducir a su dimisión, ahora que la atmósfera en Alemania se caldea, concluye Gorlach.