¿Cómo limitará el poderío militar de Rusia los movimientos de la OTAN y EE.UU. en Oriente Medio?

La operación militar rusa en Siria es vista por Occidente como "un anuncio de la renovada determinación de Moscú de prevalecer en Oriente Medio", lo que, además, estaría abriendo una brecha en las estructuras militares de la OTAN.

Más allá del resultado inmediato de la guerra en Siria, los jefes militares de la OTAN contemplan la operación rusa como un juego estratégico más amplio de Rusia, que buscaría de esa forma desafiar el poder militar del Occidente cerca de su casa, sostiene un analisis de Financial Times.

Según un alto funcionario civilde la OTAN citado el periódico, el Mediterráneo "es nuevamente un espacio en pugna".

"Tenemos que estar preparados para que Rusia sea [en Siria] un factor durante mucho tiempo", dijo Alexander Vershbow, subsecretario general de la OTAN, en vísperas de las maniobras 'Trident Juncture', los mayores ejercicios militares de la OTAN en el Mediterráneo occidental desde 2002.

A largo plazo, el despliegue de Rusia contra los terroristas en Siria es, según Vershbow, perturbador para la OTAN en el sur del Bósforo. "Cabe pensar en las consecuencias más amplias de este despliegue y en la capacidad de estas bases aéreas [desde las cuales operan aviones rusos en Siria]", destacó.

Según él, la renovada presencia rusa en la región podría revelarse muy perjudicial, ya que "se abre toda la frontera sur de la OTAN" frente a Rusia, lo que amenaza con restringir la 'libertad de navegación'.

Entre otras repercusiones, el análisis destaca el regreso de Rusia al Mediterráneo, lo que sitúa súbitamente a toda Europa dentro del alcance de su arsenal de rápido desarrollo de cruceros portadores de misiles balísticos y de crucero.

Con una flota rusa 'proyectada' hacia el sur, el reciente acuerdo entre Rusia y Chipre también presenta nuevos desafíos. En concreto, el equipo ruso de Inteligencia radiotécnica y de guerra electrónica tiene el potencial de ser regular y legalmente traído a la zona de la base de la Fuerza Aérea británica de Akrotiri, que aloja una de las más importantes estaciones de escucha de la OTAN.

"El despliegue en apoyo a Assad no es el fin de la historia", señala Jonathan Eyal, director internacional del Royal United Services Institute de Londres. "Esto es realmente un cambio fundamental en la postura de Rusia, que será de larga duración", subraya.

Rusia no solo ha comenzado la ampliación y mejora de sus instalaciones en las bases de Latakia y Tartus, sino que se trata de la primera vez desde el final de la Guerra Fría que reconstituyó su flota mediterránea.