Un equipo de científicos liderado por el doctor Arnaud Wisman, de la Escuela de Psicología de la Universidad de Kent, ha descubierto que la putrescina, sustancia química producida por la descomposición de los tejidos de los cadáveres, puede producir una respuesta de lucha o huida en los seres humanos, publica el sitio web de la institución.
Durante cuatro experimentos diferentes, varios grupos de personas fueron expuestos de manera consciente y no consciente a la putrescina. Los resultados, publicados en la revista 'Frontiers in Psychology', muestran que esta sustancia (incluso si la exposición a la misma es breve) puede servir como una señal que da inicio a las respuestas humanas de gestión de amenazas: aumenta la vigilancia y la disposición de escape o agresividad (pelea).
El elaborado por la universidad británica es el primer estudio que muestra que un aroma emanado por un compuesto químico específico puede ser procesado como una señal de amenaza y causar un cambio de conducta manifiesta en los seres humanos. Hasta la fecha, casi todas las pruebas de señales químicas amenazantes provienen de aquellas transmitidas por el sudor corporal.
Por otra parte, en el mes de septiembre un estudio de la Universidad británica de Huddersfield ha descrito el verdadero olor que producen los cadáveres: los primeros días después de la muerte el cuerpo, entre otras sustancias, libera hexanal, un compuesto que se caracteriza por oler de forma similar a la hierba recién cortada, el pescado fresco, la pintura o los quitaesmaltes.