En abril del año pasado, el ciudadano estadounidense John Booker, de 20 años, conocido como Mohammed Abdullah Hassan, fue arrestado por preparar un ataque terrorista contra una base militar en el estado norteamericano de Kansas, informa AFP.
Sin embargo, señala el medio, resulta que los agentes encubiertos del FBI manipularon al joven yihadista durante seis meses, proporcionándole una lista detallada de materiales para fabricar bombas e incluso ayudándole a construir una bomba, aunque inerte.
Los críticos del FBI creen que el creciente ejército de agentes secretos del FBI, que vigila a los reclutas del Estado Islámico en EE.UU., a veces son demasiado jóvenes y sensibles como para desempeñar con eficacia su misión.
Por su parte, la organización Human Rights Watch cree que precisamente los agentes del FBI podrían haber creado terroristas a partir de ciudadanos respetuosos de la ley.
AFP recalca que en total el FBI emplea al menos 15.000 informantes encubiertos que se dedican a un amplio abanico de tareas. A menudo, pueden sugerir objetivos o proporcionar armas para convencer a un presunto recluta de que son similares a ellos. El problema, según el medio, es que en algunas operaciones los agentes encubiertos ponen trampas que a veces parecen empujar a la acción a los sospechosos que están en la mira.