Un satélite de EE.UU. detectó una explosión térmica cuando cayó el avión ruso en Sinaí

Un satélite estadounidense registró una explosión térmica sobre la península egipcia de Sinaí en el momento de la caída del avión A321 de Metrojet (Kogalymavia) el 31 de octubre, según ha reportado la cadena CBS News.

"Un satélite infrarrojo estadounidense detectó una explosión térmica sobre el Sinaí en el momento en el que se cayó el avión ruso", comunica CBS News citando a su corresponsal de seguridad nacional, David Martin.

Asimismo, la cadena informa de que el dato se está analizando para averiguar qué causó la explosión. Una de las posibilidades es una bomba, pero una explosión en un depósito de combustible o en el motor como consecuencia de un fallo mecánico también es posible, señala el medio.

El Comité Interestatal de Aviación ha anunciado que por el momento no puede ni confirmar ni rechazar la versión sobre la explosión térmica, informa TASS.

Al mismo tiempo, la compañía estadounidense de servicios de espionaje Stratfor ha concluido en un informe que la causa más probable de la tragedia es la explosión de una bomba dentro del avión. "Dada la improbabilidad de escenarios alternativos, parece que la explicación más probable de la caída del avión es la existencia de un dispositivo explosivo a bordo", se afirma en el documento.

Entre otros escenarios, Stratfor ha señalado que aunque no se puede rechazar por completo la posibilidad de un "fallo estructural catastrófico", sería poco probable en las circunstancias de la tragedia ya que esta se produjo después de que el avión alcanzara la altitud de crucero. La mayoría de los accidentes aéreos relacionados con un fallo estructural ocurren en una situación de tensión física durante el despegue y el aterrizaje.

Tampoco es probable que el avión fuera derribado por los yihadistas utilizando el sistema de defensa aérea portátil MANPAD, ya que el vuelo 9268 estaba fuera de su alcance. La tragedia tampoco pudo haber sido causada por un fallo eléctrico dado que en ese caso los pilotos habrían sido capaces de aterrizar sin graves consecuencias.