"El Estado Islámico (EI) está apostando por la nueva generación, los niños, tal como lo hicieron los bolcheviques y los nazis", afirmó Ilya Plejanov, redactor en jefe del almanaque ruso 'El Arte de la Guerra'.
Plejanov señaló que los islamistas están gastando más recursos en la preparación y educación de los niños que en la guerra contra el Gobierno de Al Assad en Siria.
"En los últimos años ha sido perdida una generación entera ideológicamente, según datos de la ONU: hasta 13 millones de niños de Oriente Medio serán expuestos a la propaganda del EI. Esta es una verdadera amenaza. Lo ocurrido en París pronto parecerá un jardín de infantes cuando estos niños crezcan", subrayó el experto citado por el portal Gazeta.ru.
Propaganda
Además de sus éxitos militares en Irak y Siria, el grupo yihadista se ganó la fama con sus videos de ejecuciones brutales. Aunque las ejecuciones continúan en los territorios ocupados, desde finales del año pasado, el contenido de sus filmes empezó a alterarse.
Han llegado a salir a la luz videos sobre ingeniería urbana y cómo se organiza la educación en los territorios controlados por los islamistas, así como sobre la vía y el sentido de la yihad. Además, argumentan sobre el vicio del liberalismo.
Las tesis de estos filmes incluyen que "los bancos son un mero fraude; el dinero y las mercancías no producen dinero"; "el dinero es papel sin garantías, una ficción"; "Estados Unidos gana recursos a cambio de sus papeles, ¿dónde está la justicia?" y para imponer sus dólares, EE.UU. desata guerras en todo el mundo", sostiene el especialista.
El EI califica al sistema capitalista de esclavitud, promociona las ventajas de los metales preciosos y propone adoptar el dinar dorado en lugar del dólar.
Ideología
Las tesis sobre el imperialismo estadounidense proviene de los exoficiales sunitas que ocupaban cargos clave en los servicios secretos de Sadam Husein, pero que fueron expulsados del poder tras la intervención de EE.UU. en Irak.
Estos exmilitares marginados llegaron a ser un componente importante del EI. Contando con experiencia y conocimientos de alto nivel, empezaron a desarrollar la ideología del EI.
Parte de estos exmilitares fueron educados en la URSS y fueron miembros del partido Baaz, que promovía el socialismo árabe, el antioccidentalismo y se apoyaba en el poder fuerte.
El EI ha logrado crear una administración eficaz con tribunales, Policía y otras estructuras centralizadas.
Frente al telón de fondo de la decreciente atracción de Occidente asciende la estrella del islam. ¿Qué es lo que elegirán los mil millones de jóvenes, el islam o la democracia y el liberalismo?
Según Plejánov, el EI es más que una organización terrorista o Estado, es una ideología.
"Por un lado, el EI no escatima esfuerzos en Irak y Siria para lograr todos los atributos de un Estado moderno, que solo carece del reconocimiento de otros países. Por otro lado, el EI entiende que la ideología está por encima de la geografía y de las convenciones", sostuvo el experto.
El ascenso de una nueva estrella
Durante la Guerra Fría, el islam "estaba en el banquillo" (tenía un papel secundario), y con frecuencia tenía a cargo el papel de peón en el juego de dos ideologías.
"Con el colapso del bloque socialista, el islam se dio cuenta de su nuevo papel. En los últimos 30 años ha crecido la proporción de la población joven, se ha elevado el nivel de su educación, pero se ha vuelto más pobre; los socialistas han caído en el olvido, y Occidente, plagado de problemas económicos, ha perdido su atractivo para la juventud mundial", explicó el experto.
Durante esos 30 años, Occidente se ha enredado en una gran cantidad de conflictos militares en Oriente Medio, y el mundo islámico se ha dado cuenta de que se puede matar a soldados estadounidenses por millares, y a residentes de París por centenares.
"Frente al telón de fondo de la decreciente atracción de Occidente asciende la estrella del islam. ¿Qué es lo que elegirán los mil millones de jóvenes, el islam o la democracia y el liberalismo? Es la pregunta que hace el EI al mundo", concluyó Plejánov.