Se estima que el fusil AK-47, "una de las armas de destrucción masiva más eficaces jamás creadas por la humanidad", provoca unas 250.000 muertes al año, un número mayor que el de la artillería o los ataques aéreos, escribe 'El Confidencial' que ha investigado las causas que han convertido a este fusil en "un símbolo de nuestro tiempo". Se calcula que si se cuentan todas las versiones del AK-47, se han fabricado entre 80 y 100 millones de ejemplares.
El peso de este fusil sin munición es de apenas cuatro kilos, y es de 87 centímetros de largo. Además de su simple diseño, tiene un precio relativamente barato. El fusil es fácil tanto de fabricar como de operar. Además, el AK-47 puede disparar incluso debajo del agua y cuando está cubierto de barro o lleno de arena.
El cargador del fusil puede llevar 10, 20 o 30 balas y es capaz de perforar hasta 10 mm de acero. Además, es un fusil casi indestructible, ya que puede usarse en cualquier clima extremo. Su munición es fácil de encontrar y "un niño puede aprender a desensamblarlo y ensamblarlo en 30 segundos".
El fusil fue adoptado como arma principal reglamentaria de infantería soviética en 1949, no obstante, también fue exportado a otros países, algunos de los cuales comenzaron a producir copias y otras versiones del arma. "Se estima que hasta un millón de derivados se fabrican todavía cada año", señala el periódico.
A lo largo de la historia, ejércitos, grupos revolucionarios y terroristas de todo el mundo se han armado con el fusil AK-47 en sus distintas versiones. "Aparece en manos de guerrilleros palestinos, de ejércitos tribales africanos, de mafias mexicanas o de policías indios", escribe el medio. También sigue siendo una de las armas más populares entre todas las partes del conflicto en Siria e Irak, y trágicamente, también fue utilizado por los terroristas de los recientes atentados de París.