En medio del caos provocado por una explosión en uno de los ataques coordinados en París, un enfermero que brindaba asistencia a los heridos en el café Comptoir Voltaire no salió de su asombro cuando descubrió que la 'victima' a la que le estaba realizando reanimación cardiopulmonar era en realidad un terrorista suicida, cuando vio que, bajo su camisa, había un artefacto explosivo, informa Reuters.
"Había alambres, uno blanco, uno negro, uno rojo y uno naranja. Cuatro colores diferentes", dijo a Reuters en una entrevista. "Entonces supe que era un suicida con una bomba", recuerda. El hombre al que David intentaba resucitar era Brahim Abdeslam, uno de los involucrados en la serie de ataques en bares, restaurantes, un estadio de fútbol y una sala de conciertos que dejaron 130 muertos.
David, de 46 años, que pidió ser identificado solo por su nombre de pila, pensó en un primer momento que se había registrado una explosión de gas en el interior del café, pero enseguida se dio cuenta de que aquello era algo mucho peor. Cuando llegaron los bomberos, David les comentó lo que acababa de ver y, según relató, comenzaron a gritar a todos que evacuaran la zona.
La policía le dijo a David que la bomba de Abdeslam no había estallado totalmente. Después de hacerle una reanimación que no logró salvar al terrorista, David cayó en la cuenta de que había utilizado "un proceso que requiere de mucha fuerza" para reanimarlo. "Sólo por hacer eso yo también podría haber muerto", reflexiona.