"Cuando recuperamos a ambos pilotos ya estaban muertos. Nuestros camaradas abrieron fuego y [los pilotos] murieron en el aire", afirmó Alpaslan Celik, subcomandante de una brigada de turkmenos sirios.
Según Reuters, Celik hablaba desde un lugar próximo a la aldea siria de Yamadi y sostenía un pedazo de tela, que aseguró que era parte del paracaídas de uno de los pilotos.
A pesar de que las milicias turkmenas aseguraron haber asesinado a tiros a los dos pilotos, el copiloto logró sobrevivir al siniestro. Tras una operación de rescate de 12 horas, los cuerpos especiales rusos y sirios lograron rescatar al superviviente, que posteriormente fue trasladado a la base rusa de Jmeimim en Latakia (Siria).
El portal de noticias Orient News ya había publicado un video que, supuestamente, mostraba cómo un grupo de rebeldes rodeaba el cuerpo de uno de los dos pilotos rusos del avión estrellado. En la grabación se apreciaba que la cara del militar tenía múltiples hematomas y heridas.
Este martes, varios medios informaron, remitiéndose a la televisión turca, que un avión militar no identificado se había estrellado en Siria, cerca de la frontera con Turquía. Más tarde, el Ministerio de Defensa de Rusia comunicó que se trataba de un bombardero táctico Su-24 perteneciente a su Fuerza Aérea. Según las autoridades rusas, citadas por la agencia de información RIA Novosti, el avión siniestrado volaba sobre el territorio de Siria y no violó la frontera con Turquía, tal como señalan sus medios objetivos de control.
Rusia ha tachado de grave el incidente del derribo del bombardero Su-24 en Siria. "En lugar de establecer contacto con nosotros de inmediato como debe hacerse, por lo que sabemos Turquía se dirigió a sus socios de la OTAN para discutir el tema, como si nosotros hubiéramos derribado su avión, y no ellos el nuestro", dijo Putin en el marco de la reunión con el rey Abdalá II de Jordania.