Conocidos en EE.UU. por el nombre de 'aviones del juicio final' estas aeronaves, cuya versión más avanzada ha sido desarrollada por la Corporación Unificada de Construcción de Equipos (CUCE) rusa, servirían como puestos de mando estratégico en el hipotético caso de que las redes de comunicación terrestres dejaran de existir y la infraestructura en tierra quedara destruida. Es decir, son aviones destinados a la cúpula política y militar rusa en caso de guerra nuclear.
"La CUCE ha desarrollado para el Ministerio de Defensa de Rusia el puesto estratégico de mando aéreo de segunda generación. El primer sistema de a bordo con base en el avión Il-80 ha superado con éxito las pruebas estatales y será entregado al cliente [Ministerio de Defensa] a finales de 2015", reza el comunicado de la empresa recogido por la agencia RIA Novosti.
La ventaja principal de los puestos de mando voladores es la capacidad de 'supervivencia'. Un enemigo sería capaz de destruir las instalaciones en tierra con las coordenadas adecuadas, pero eliminar un objeto en el aire es más complicado porque este cambia constantemente su ubicación.
"El diseño del IL-80 le permite acoger al mando supremo de las Fuerzas Armadas, así como a un equipo formado por un grupo de gestión operativa integrado por oficiales del Estado Mayor y expertos en mantenimiento técnico responsables del funcionamiento del equipo especial de la aeronave. Las características técnicas del sistema permiten gestionar el Ejército de tierra, la Marina de Guerra, la Fuerza Aeroespacial y la Fuerza de Misiles Estratégicos", afirma el comunicado difundido por la Corporación.
En enero de este año EE.UU. decidió modernizar por completo sus cuatro aviones E-4B Nightwatch y naves de mando y control operadas por la Fuerza Aérea.