El sitio web israelí Jerusalem Online cita al periódico libanés Ad Diyar para indicar que el Mossad conocía que Yasir Arafat solía empezar el día con una taza de café instantáneo con leche. Para llevar a cabo su plan, Israel infiltró a un espía en la guardia personal del político palestino, quien mezclaba el café original con otro que estaba adulterado con plutonio. Según esta versión, el café envenenado deterioró la salud de Arafat de manera progresiva.
La investigación periodística concluye que este agente del Mossad habría ejecutado sus órdenes a cambio de una gran suma de dinero y de obtener asilo en Occidente. Tras culminar su misión, el espía habría viajado a Canadá y, posteriormente, a Estados Unidos. Durante ese proceso, los servicios de inteligencia israelíes le habrían ayudado a someterse a varias cirugías plásticas.
En noviembre de 2004, Yasir Arafat murió en un hospital de Francia cuando contaba con 75 años y tras pasar varios días en coma. Aún se desconoce la causa exacta de su fallecimiento, aunque los científicos que investigaron los restos exhumados en 2012 coinciden en que el líder de la resistencia palestina fue envenenado.