"Los problemas de 'Daesh' [el nombre árabe del EI] radican en el hecho de que una parte significativa de los ingresos de esta agrupación en los últimos dos años la obtenían mediante invasiones, confiscaciones y extorsiones, que son fuentes inestables", explica Quinn Mecham, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Brigham Young, citado por el 'The Washington Post'.
La publicación puntualiza, no obstante, que la información sobre la situación financiera del EI es algo turbia. Según datos del Departamento de Estado de Estados Unidos del 4 de diciembre, los ingresos diarios del grupo extremista por la venta de petróleo oscilan entre 1 y 1,5 millones de dólares.
Para recaudar fondos adicionales, el EI ha aumentado la presión fiscal sobre los territorios que aún controla en Irak y Siria, donde residen entre seis y nueve millones de personas. Además, según Columb Strack, analista de Oriente Medio del 'Jane's Information Group', el sueldo de los yihadistas combatientes se redujo de 400 a 300 dólares al mes.