Según destacó el portavoz oficial del Ministerio de Defensa ruso, Ígor Konashénkov, esta es la primera vez que un lanzamiento desde el agua contra objetivos terrestres forma parte de un ataque múltiple con armas de alta precisión. "Una peculiaridad de este último ataque es el uso de lanzaderas de torpedos para descargar en posición sumergida", agregó el militar, citado por TASS.
"Los datos disponibles de control objetivo han confirmado una vez más la alta eficacia de los Kalibr", dijo Konashénkov. "Todos los blancos han sido impactados con alta precisión".
Recordó también que el alcance máximo de esta clase de aparatos es de 2.000 kilómetros y que su margen de error es de unos pocos metros. Dado que la ojiva pesa de 500 kilos, la destrucción del objetivo está garantizada.
Los misiles Kalibr son poco visibles para los radares y pueden volar casi a ras de suelo evitando cualquier irregularidad del terreno, detalló el portavoz. Esta ventaja les permite pasar desapercibidos para cualquier medio de defensa antiaérea.