"Funcionarios militares de alto rango han dicho a la Casa Blanca que la red de bases serviría como centros para las tropas de operaciones especiales y agentes de inteligencia que realizarían misiones de contraterrorismo en el futuro próximo", ha informado 'The New York Times'.
Aparte de los centros militares estadounidenses ya existentes en Afganistán y la república africana de Yibuti, el Pentágono busca establecer bases en África, el suroeste de Asia y Oriente Medio. Además, centros más pequeños, que dispondrían de instalaciones más básicas, serán construidos en Níger y Camerún.
El plan supone que los nuevos centros militares "convertirán algunas de las bases ya existentes en un sistema coherente", capaz de hacer frente a amenazas regionales como el Estado Islámico y Al Qaeda, para prevenir ataques potenciales a las instalaciones diplomáticas de EE.UU.
El general Joseph Dunford, expresidente del Estado Mayor de EE.UU., dijo al Congreso este mes que es casi imposible encontrar diferencias entre los grupos afiliados al Estado Islámico. También subrayó que la absorción del africano Boko Haram y otros grupos yihadistas por parte del EI parece haberse convertido en una dinámica global. "Estas amenazas son difíciles de limitar", dijo el general, que añadió que la expansión del EI es la razón por la que EE.UU. necesita atacar al grupo terrorista no solo en Irak y Siria, sino también en "otros lugares".
El exfuncionario de la CIA Larry Johnson comentó a RT que los planes de Washington para oponerse al terrorismo con la fuerza militar tienen poco sentido: "La estrategia que han estado empleando las fuerzas especiales de EE.UU. en los últimos 12 años, en mi opinión, fue en gran medida un fracaso", señaló. "Así que la idea de que las fuerzas especiales ofrecen algún tipo de solución mágica para derrotar a esta amenaza es francamente absurda", concluyó.