Testigos de un amanecer macabro
Los cuerpos de al menos 39 jóvenes muertos a disparos, muchos de ellos a quemarropa, fueron encontrados en los barrios predominantemente opositores al actual presidente del país, Pierre Nkurunziza, informaron varios testigos a la agencia AFP.
Se informa que la mayor cantidad de cuerpos -20 cadáveres- fueron encontrados en el barrio de Nyakabiga, en el centro de la ciudad. Según afirmaron los testigos, los cadáveres presentaban impactos de bala, y algunas de las víctimas fueron asesinadas a bocajarro. Varios testigos señalaron que los cuerpos tenían las manos atadas a la espalda y muchos de ellos eran "niños".
Un periodista local que quiso mantener el anonimato señaló que "a algunos de los jóvenes les reventaron la cabeza".
Varios testigos dijeron que la policía y el Ejército iban de puerta en puerta por los barrios rebeldes y sacaban a la fuerza a hombres jóvenes de sus casas para luego ejecutarlos.
El Gobierno sobre los asesinatos
Este asesinato masivo significa una dura respuesta del Ejército después de los ataques coordinados de rebeldes no identificados a campamentos militares.
El Ejército de Burundi por su parte aumentó la cifra de las muertes a 79 y tachó a las víctimas de "enemigos", culpándolas de la muerte de ocho soldados. El portavoz del Ejército, el coronel Gaspard Baratuza, especificó que otras 45 personas fueron capturadas y 97 armas incautadas.
Baratuza se negó a comentar detalles de los combates y las muertes.
Enterrados en fosas comunes
Las autoridades retiraron los cuerpos de las calles de Buyumbura este mismo sábado, y varias fuentes afirmaron que los cadáveres fueron enterrados rápidamente en fosas comunes por la tarde "para evitar la propagación de enfermedades".
Luto para unos, motivo de celebración para otros
Mientras los barrios disidentes lloraban las decenas de muertes, miles de partidarios del presidente Pierre Nkurunziza describieron la matanza como "una victoria de los valientes soldados y policías contra el enemigo". También se organizó una "marcha por la paz" en todas las capitales provinciales de Burundi a iniciativa del Ministerio del Interior. En Twitter, decenas de simpatizantes de Nkurunziza destacaron que "los terroristas fueron tratados como tales".
Burundi se encuentra sumida en una grave escalada de violencia desde que el pasado abril se anunciara la candidatura del presidente Nkurunziza a un tercer mandato, lo que una parte de la población consideró una acción contraria a la Constitución y al Acuerdo de Arusha, que puso fin a la guerra civil de 1993-2006, en que murieron unas 300.000 personas en un conflicto entre rebeldes de la mayoría hutu y el Ejército, dominado por la minoría tutsi. Se teme que la actual violencia pueda degradar en una nueva guerra civil en este país africano.