El investigador Robert Haddick en un artículo recién publicado en 'The National Interest' señala que la disposición de Washington y Pekín de entrar en un conflicto armado dependerá de su confianza en la eficacia de los siguientes recursos y estrategias de guerra, que hasta el momento no han sido probados en combate a gran escala:
¿Funcionarían los sistemas de reconocimiento y ataque de China?
En relación con este tipo de armas, el Ejército Popular de Liberación chino tiene una ventaja sobre el de EE.UU. Sus sistemas de reconocimiento y ataque incluyen una red de sensores, la estructura de comando y control y variedad de misiles para atacar las fuerzas navales del adversario. No obstante, el experto expone dudas sobre la capacidad del mando militar chino de utilizar con éxito estas armas para hacer frente a las fuerzas de Estados Unidos en caso de guerra.
¿Serían eficaces los grupos de ataque de los portaaviones norteamericanos?
Robert Haddick subraya que el uso de portaaviones es una estrategia de combate típica para EE.UU. "Los líderes estadounidenses acuden instintivamente a estos buques de guerra cuando aparece una perspectiva de nueva crisis. La incapacidad de los grupos de ataque de portaaviones de responder adecuadamente a las amenazas futuras sería una catástrofe para ellos", comenta el analista.
¿Podrían misiles chinos atacar las bases estadounidenses en el Pacífico occidental?
Desde los años 1990 los expertos militares estadounidenses se preocupan por la amenaza del ataque de misiles por parte de China contra objetivos terrestres y bases navales de EE.UU. y de sus aliados en el Pacífico occidental, explica el investigador. Refiriéndose a otros analistas, Haddick destaca que China tiene todos los medios para destruir las bases de EE.UU en Japón, Corea del Sur e incluso en Guam.
¿Tendría éxito el intento de cegar las redes de sensores del adversario?
Tanto los militares de EE.UU como los de China podrían suprimir la capacidad del otro de emplear los sistemas de recopilación de inteligencia y los de comunicación en el campo de batalla. Para este fin ambas partes emplearían armas espaciales y medios de guerra electrónica.
¿Podrían los ataques cibernéticos afectar los resultados tácticos?
Según Haddick, un factor determinante en las relaciones entre China y Estados Unidos es la amenaza en el ciberespacio. Ambos países pueden utilizar la tecnología cibernética para la recopilación de inteligencia, sin embargo, se desconoce si es posible usar un arma de este tipo para penetrar en el sistema de mando del adversario y destruirlo junto con las redes de sensores.