Shaker Aamer afirmó haber sido "extraído de su celda de manera forzada" 370 veces durante solo un año, publica 'Daily Mail'. Este procedimiento se realiza en Guantánamo para efectuar registros y, supuestamente, confiscar objetos prohibidos que pueda haber obtenido el preso.
A Shaker Aamer, un grupo compuesto de "una veintena de tipos fuertes y musculosos" lo sacaba de la celda todos los días. Lo arrastraban por el suelo sucio, lo golpeaban y le cacheaban por debajo de la ropa. En ocasiones le ataban las manos a los tobillos por detrás y lo mantenían en esta postura durante 45 minutos. Y cuando finalmente lo devolvían a la celda, estaba magullado y lleno de heridas.
"El comandante de guardia gritaba: '¡El 239 [el número de Aamer en Guantánamo] que se eche al suelo boca abajo, sin oponer resistencia!' Pero era imposible, porque la celda era tan pequeña que si te echabas boca abajo la cara te quedaba justo encima del agujero que es el baño", explicó.
"Te sientes aterrorizado. Podía suceder cualquier cosa", agregó. Aamer afirmó en la entrevista al periódico británico que se veía obligado a soportar estas torturas todos los días simplemente porque una vez los guardias notaron que se había guardado un tallo de manzana en la boca.
Ese día a los internos les habían dado una manzana como parte de la cena. Cuando el guardia encargado de recoger las bandejas le dijo a Aamer que devolviera el tallo, este se negó. "Lo tenía en la boca. Me negué a dárselo. Le dije que lo necesitaba para limpiarme los dientes. Pero, al parecer, este tallo de manzana podía afectar el sistema. No estaba permitido", subrayó. Además, añadió que posteriormente tampoco cumplió otras órdenes inadecuadas de los guardias.
El caso de Aamer es notable por las negativas constantes que, año tras año, mostró ante sus torturadores en Guantánamo. Esta actitud le ayudó a mantener cierta apariencia de control sobre su vida, incluso aunque simplemente supusiera guardarse un rabillo de manzana para limpiarse los dientes, aseveró el exprisionero.
Aamer fue detenido en Afganistán en 2001 acusado de tener vínculos con Al Qaeda. El británico, de 46 años, fue posteriormente trasladado a Guantánamo. Su caso fue debatido en marzo en el Parlamento británico, cuyos diputados presionaron a Washington para que acelerara su transferencia, que fue autorizada en 2007. Aamer nació en Arabia Saudita, pero tiene residencia británica. Su esposa y cuatro hijos viven en Londres.