En un espacio minúsculo bajo la arena eran confinadas las mujeres capturadas por el EI, las que también eran sometidas a todo tipo de torturas. Allí pasaban buena parte de sus vidas como prisioneras, en una completa oscuridad.
Aunque no se sabe qué ocurrió con ellas, el diario 'Daily Mail' se refirió a la investigación que dio cuenta de las pésimas condiciones de vida que atravesaban las prisioneras, quienes dejaron en las paredes algunas muestras de sus pensamientos: allí dibujaron casas, autos y animales, resabios de sus vidas antes de caer en las manos de los terroristas.
Las pocas que lograron escapar revelaron que eran golpeadas y violadas; incluso, muchas eran obligadas a casarse con los líderes del EI.
El ataque a la población yazidí en Sinjar, en el noroeste de Irak, comenzó en agosto del año pasado, cuando los terroristas empezaron a separar "sistemáticamente a hombres, mujeres y niños en función de su pertenencia étnica, religiosa o sectaria" y a cometer "sin piedad una generalizada limpieza étnica y religiosa", detalló la Organización de las Naciones Unidas.
"Violaciones graves y terribles a los derechos humanos son cometidas a diario por el EI y grupos armados asociados", prosiguió la ONU, que denunció la comisión de asesinatos colectivos, conversiones forzadas, secuestros, esclavitud, crímenes sexuales, reclutamiento forzado y destrucción de lugares de culto.
#ThanksObama
The hell of Yazidis kept in ISIS dungeon UNDER the desert https://t.co/XLNgbcSRHo— JWF (@JammieWF) December 15, 2015