"Si un arma nuclear cae cerca de su casa y no sobre la misma, hemos pensado que le gustaría conocer algunos consejos sobre cómo sobrevivir al apocalipsis", escribe el periodista británico Rupert Goodwins, que participó en una especie de 'escuela de supervivencia' organizada para la prensa en el condado de Essex (Reino Unido) con motivo del lanzamiento del videojuego Fallout 4. El periodista comparte la experiencia en un artículo para el portal Arstechnica.
Paso 1: Encuentre un búnker
Los periodistas "tuvieron suerte", ya que para el experimento les fue proporcionado el búnker Kelvedon Hatch, un complejo de tres pisos subterráneos construido en la década de 1950 y mantenido durante la guerra fría como un potencial refugio para el Gobierno regional.
El búnker, disfrazado de una colina con un bungalow en la parte superior, está equipado y tiene capacidad para alojar hasta seis centenares de personas durante un máximo de tres meses.
"Lo primero que hemos aprendido es que vamos a morir de deshidratación en unos tres días o de hambre en tres semanas", escribe el periodista al resaltar la importancia de los suministros.
La única comunicación a larga distancia que funcione después de un ataque nuclear será la radio de onda corta
"Si usted no tiene fuentes seguras de agua o alimentos, puede beber su propia orina (o, de hecho, la de otra persona) hasta tres veces antes de que sea tóxico. La carne del músculo de animales aparentemente sanos puede ser segura, pero no de otras partes. Todo lo expuesto, arenoso, o sucio es muy inseguro. Conservas, si las encuentra, son la mejor opción, y se puede utilizar plantas vivas para filtrar el agua simplemente poniendo sus raíces en ella: la rizofiltración", sostiene el autor del artículo.
Asimismo, aconseja no abandonar el búnker, "no solo porque es donde hay comida, sino porque se puede mantener a otros fuera", explica Goodwins detallando que uno de los primeros efectos de la guerra nuclear sería una "ruptura de la ley y del orden": la gente intentaría salvarse del caos a cualquier precio, lo que puede provocar la violencia.
Paso 2: Permanezca en el búnker
¿Por qué alguien le va a dejar entrar en el búnker? Durante el entrenamiento, a los periodistas les contaron una serie de habilidades útiles que contarían a su favor. "Conocimientos de mantenimiento mecánico y electrónico, formación médica o de defensa personal, fuerza física: cualquier cosa que pudiera justificar la decisión de darle el espacio y los escasos recursos", comenta Goodwins al respecto.
El periodista insiste en que "una vez que esté en el bunker, permanezca allí", ya que, aunque no haya resultado herido a causa de la ola de calor, la radiación inicial, o la onda expansiva de un ataque nuclear, "su próximo gran problema son las consecuencias: el suelo radiactivo y otros materiales que aparezcan en el aire tras la explosión".
"Mientras que usted esté en el búnker, haga lo que le digan. Si es un burro será castigado con la muerte", asevera el autor.
Abandone el búnker, pero solo cuando tenga que hacerlo
"Una vez dentro, puede reflexionar sobre cómo sobrevivir fuera una vez que el peligro inmediato haya pasado", prosigue el periodista.
Lo primero que hemos aprendido es que uno morirá deshidratado en tres días o de hambre en tres semanas
Durante el entrenamiento, a los participantes les dieron armas de fuego y una clase de defensa propia. "Si suponemos que hay suficientes armas y municiones para todos, no se necesita mucho tiempo para aprender los fundamentos de tiro contra los dementes sobrevivientes caníbales", mientras que la defensa propia es más difícil y toma mucho más práctica, apunta el periodista para agregar que su instructor "recomienda aprender la lucha utilizando los puntos de presión", ya que un "dolor intenso y parálisis pueden ser muy persuasivos".
Otro aspecto a tener en cuenta es que la mayoría de los dispositivos electrónicos serán inútiles después de un ataque nuclear, al igual que Internet. "La única comunicación a larga distancia que funcione después de un ataque nuclear será la radio de onda corta, por lo que si usted está realmente interesado en la reconstrucción de la civilización consiga una licencia de radioaficionado", aconseja Goodwins.
Otras habilidades estándares de supervivencia –saber atrapar animales, econderse, navegar, inventar armas, etc.– serán en este caso menos útiles, que, digamos, "la capacitación en liderazgo y un buen suministro de pornografía impresa para el comercio", asegura el periodista.
Goodwins confiesa que al terminar el entrenamiento, ninguno de los participantes dudaba de que, "si hubiera sido un apocalipsis verdadero, habríamos muerto hace mucho tiempo".
El último consejo
"Si usted ve un hongo nuclear y no está aplastado, ciego o rodeado de llamas, puede averiguar si ya ha recibido una cantidad peligrosa de radiación a través de una prueba sencilla", apunta el periodista.
"Cierre un ojo y mantenga un pulgar hacia arriba con el brazo extendido. Si este cubre por completo la nube, usted está probablemente en buen estado y debe evacuar inmediatamente en la dirección opuesta. Si todavía puede ver la nube detrás de su dedo pulgar, ¡suerte!", concluye Goodwins.