Los levantamientos en los países árabes contra "regímenes seculares y nacionalistas" que estallaron a finales de 2010 solo duraron unos tres meses, ya que a partir de marzo del año siguiente, la intervención de la OTAN supuso un cambio de sentido en esa Primavera Árabe que derivó en una verdadera "hecatombe", explica el periodista Jon Lee Anderson, en una entrevista publicada por La Tercera.
Desde ese momento, estadounidenses, franceses y británicos comenzaron a atacar y a "intervenir militarmente a favor de los rebeldes" que se habían levantado contra Muammar Gaddafi en Libia. Pero con la generalización del conflicto, "las manifestaciones de consigna derivaron en bandas militares de toda índole y creencia ideológica" que perseguían el "derrocamiento armado de sus regímenes".
En su mayoría, los levantamientos fueron encabezados por yihadistas "acérrimos y fanáticos" que proponían "un islam sunita, antichiita y antioccidental", explica.
El paso siguiente fue el surgimiento y predominio del Estado Islámico que atormenta a Oriente Medio y que desató un "éxodo de millones de personas" hacia la Unión Europea, que Anderson define como una "construcción política débil" que corre el riesgo de "quedar inmersa en un conflicto medio oriental cada vez mayor". En consecuencia, "la Primavera Árabe se ha convertido en la hecatombe árabe" que está a punto de degenerar en "un conflicto con dimensiones internacionales" como no se ha visto "en décadas".
Por último, el especialista evaluó el papel de Occidente en esta situación. "Jugaron con fuego y les salió mal", sostiene Anderson, que pone como ejemplo el hecho de que el presidente de EE.UU., Barack Obama, dijera que Bashar al Assad debía dejar el Gobierno sirio, para lo que empleó "mucha retórica" y, aparentemente, "algo de ayuda a algunos rebeldes que no resultó en nada". ¿Quién se benefició de todo esto? El Estado Islámico que, además, mantiene "nexos" con Arabia Saudita y Turquía -aliados de Occidente en la región junto con Israel-, a los que Anderson define como "dos de los países más nefastos" por su colaboración en el surgimiento del EI.