El objetivo de Estados Unidos es "convertir los países inamistosos en caso de una guerra real en un desierto radioactivo, incluyendo la extinción máxima posible de la población civil", opina el experto en materia de seguridad internacional Ígor Korótchenko. En el fondo, los principios y los fundamentos de la estrategia de EE.UU. no han cambiado desde el bombardeo de Hiroshima y Nagasaki, dijo a la agencia RIA Novosti.
Tanto en la época de la URSS como en la actual son blancos potenciales de los ataques nucleares de Estados Unidos las mayores ciudades de Rusia
El miembro del Consejo Público adjunto al Ministerio de Defensa ruso ha hecho este comentario con motivo de la reciente desclasificación en EE.UU. de una lista de blancos potenciales para un eventual ataque nuclear contra la Unión Soviética. Según destacó el periódico 'The New York Times', el Mando Estratégico Aéreo de EE.UU. elaboró este documento en 1956 y tuvo vigencia durante al menos tres años. En él, además de zonas militares e industriales, figuraban ciudades como Moscú y San Petersburgo, en concepto de 'población', en la lista de objetivos de guerra.
"Tanto en la época de la URSS como en la actual son blancos potenciales de los ataques nucleares de Estados Unidos las mayores ciudades de Rusia: Moscú, San Petersburgo, Novosibirsk, Omsk, Ekaterimburgo, Vladivostok y otras", aseguró el experto. Desde un principio Washington "estimaba la posibilidad de asestar un golpe múltiple preventivo al territorio de la Unión Soviética y buscaba causar el mayor daño, incluido el exterminio de la población civil de grandes ciudades para socavar su potencial económico y de movilización".
"Estos planes no se hicieron realidad por una única razón: la Unión Soviética anuló en un plazo mínimo el monopolio nuclear de EE.UU. y creó unas potentes y hábiles fuerzas de contingencia nuclear —explicó—. Actualmente Rusia mantiene una paridad estratégica con EE.UU. en materia de armas nucleares garantizando así la estabilidad y la seguridad global".
"Para las fuerzas de contención nuclear no son prioritarias las instalaciones civiles del probable enemigo, sino, ante todo, los objetivos militares y defensivos, como por ejemplo almacenes, puntos de mando, posiciones de los misiles balísticos intercontinentales, bases de los submarinos atómicos", agregó Korótchenko. En su opinión, esta es la principal diferencia de los planes bélicos rusos respecto a los de EE.UU. Los estadounidenses siempre esperan causar el daño máximo a la infraestructura tanto militar como civil, aseguró.