Se reporta que la última consulta de la CUP terminó con empate entre los partidarios de investir a Artur Mas y los que defienden la convocatoria de unas nuevas elecciones en marzo. Cada una de las opciones recibió el apoyo de 1.515 militantes. La dirección de la CUP se reunió para decidir cómo resolver esta situación inesperada.
Las fuentes de la CUP informan que la formación anticapitalista pospondrá la decisión hasta el 2 de enero, según EFE.
Han sido necesarias un total de tres votaciones, ya que tras las dos primeras consultas se evidenció una división máxima en la CUP. En la primera consulta un 47,14% de los militantes (1.418) dieron el 'no' a la investidura de Mas, mientras que un 45,17% (1.359) votaron a favor. La segunda ronda se saldó con 1.512 votos (49,7%) en contra y 1.482 (48,71%) a favor.
¿Qué plan tiene la CUP?
Inicialmente, la CUP disponía de cuatro opciones para resolver la situación, reporta 'El Mundo'. La primera sería aceptar la investidura de Mas y el plan que ofrecía Junts pel Sí.
La segunda opción, la que más respaldo tiene, es rechazar la formula anterior y asumir la posibilidad de llevar a cabo unas nuevas elecciones en marzo.
Las otras dos opciones contaban con poco apoyo de los militantes y fueron rechazadas tras dos primeras votaciones: investir a Artur Mas sin acuerdo, y la cuarta, abstenerse en el debate de investidura y que se convocaran elecciones para marzo.
De este modo, quedan dos opciones: o se logra la investidura de Mas como presidente catalán o habrá nuevas elecciones.
Sobre este tema el analista político Juan Antonio Aguilar sostiene que pedir nuevas propuestas a Artur Mas implica alargar la agonía en este proceso.
¿Qué consecuencias tendría el posible 'sí' a la independencia de Cataluña?
Dejar de formar parte de España, el objetivo que persigue Artur Mas, podría significar para Cataluña dejar de formar parte de Unión Económica y Monetaria Europea. Esta salida afectaría a la economía catalana en muchos aspectos. Los aranceles en exportaciones e importaciones elevarían los precios y Cataluña debería fijar con la Unión nuevas tarifas. Además, las exportaciones exteriores y las ventas a España se verían afectadas por la Tarifa Exterior Común, ya que dejarían de ser internas.