El noveno Tribunal Superior Criminal de Adana ha condenado en ausencia este martes al sirio Haytham Qassab, acusado de intentar obtener productos químicos utilizados en la producción de gas sarín, a 12 años de cárcel por "pertenencia a una organización terrorista" y "tratar de obtener armas para una organización terrorista armada", informa el rotativo turco 'Today's Zaman'.
Asimismo, la corte ha fallado a favor de cinco turcos sospechosos acusados de ser cómplices en la obtención de estos productos, alegando que sus intentos de adquirirlos estaban en etapas preparatorias. El dictamen pone punto y final a una causa de dos años y medio de duración cargada de controversia.
Los sospechosos fueron detenidos en una operación policial que tuvo lugar en la provincia turca de Adana en mayo de 2013 bajo sospecha de intentar obtener los materiales utilizados en la producción de armas químicas para ser supuestamente proporcionados a rebeldes vinculados a al Qaeda.
En julio del mismo año fueron puestos en libertad en espera de juicio, pero cuando posteriormente el tribunal estableció que los materiales que estaban tratando de obtener podrían ser utilizados para producir gas sarín, se emitió una orden de detención contra Qassab, principal sospechoso del caso. Pero Qassab no ha podido ser arrestado y permanece en libertad desde entonces.
Ankara hizo la 'vista gorda' sobre las rutas turcas de suministro
El polémico caso desató un gran escándalo político cuando un diputado del opositor Partido Republicano del Pueblo (CHP), Eren Erdem, reveló las acusaciones del auto de procesamiento en una entrevista a RT, asegurando que los grupos radicales sirios transferieron gas sarín a Siria a través de Turquía a la vez que Ankara hacía la 'vista gorda' al no investigar las rutas de suministro.
Tras ello, Erdem fue acusado de "traición" por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, el primer ministro Ahmet Davutoglu y los medios de comunicación afines al Gobierno.
"Este caso evidencia que materiales quimicos fueron suministrados por Turquía y ensamblados en los campos sirios del Estado Islámico, en aquel entonces conocido como el Al Qaeda iraquí. Hay grabaciones telefónicas que incluyen mensajes como 'no te preocupes sobre la frontera, lo arreglaremos', lo que señala a la implicación de la burocracia", explicó el diputado.
Respecto al asunto, el analista internacional Mehmet Dogan opina que cualquier tránsito de armas tóxicas no sería posible sin el conocimiento del gobierno de Erdogan, que busca silenciar a la ciudadanía para continuar con sus crímenes.