La belleza de las palmeras del Caribe, un atractivo para millones de turistas, podría desaparecer en Antigua y Barbuda debido a una enfermedad que mata rápidamente a los cocoteros.
Se trata de una enfermedad llamada amarillamiento letal, que ya ha causado estragos en otros lugares, como la península de la Florida y Jamaica.
En el caso de Antigua, donde varios sectores, como la gastronomía, los cosméticos y la medicina tradicional, están vinvuladas al coco, se estima que este mal ha afectado a casi el 45% de la totalidad de palmeras de la isla, según datos de Barbara Japal, presidenta de la Sociedad Horticultural de la isla, informa la BBC.
Una plaga extranjera
La enfermedad, transmitida por un insecto que se desplaza de palma en palma, habría llegado a la isla en 2012, probablemente en los cargamentos de cocoteros importados, razón por la que se ha prohibido el ingreso al país de plantas provenientes de otros lugares.
Hasta el momento no se ha logrado una cura para el amarillamiento letal, siendo la única opción un costoso tratamiento con inyecciones del antibiótico oxitetraciclina (OTC), que deben aplicarse cada cuatro meses. Sin embargo, debido a la falta de presupuesto gubernamental, solo los grandes hoteles son capaces de costear estos tratamientos. En las plantas afectadas las hojas presentan un color amarillo y los frutos se desprenden antes de tiempo.
"Afecta al turismo porque, como decimos acá, 'el encanto está en la palmera' y, realmente, está afectando al paisaje", señala Japal, citada por la BBC. "Es devastador ver a los troncos ahí parados, como soldados decapitados. Es un shock", se lamenta.