Los efectos del cambio climático suponen una amenaza real y preocupante para naciones insulares como Fiji, Kiribati, Vanuatu y las islas Marshall, afectadas por ciclones, sequías y otros desastres naturales.
Si el nivel del mar continúa subiendo al ritmo al que lo está haciendo, algunas de las islas quedarán totalmente sumergidas en tan sólo unas décadas, advierte un informe de la ONU revelado durante la Conferencia del Clima en París a principios del pasado mes de diciembre.
Fiji y las Islas Marshall han sufrido inundaciones y sequías tan graves que comunidades enteras han tenido que ser reubicadas. Por su parte, Kiribati, nación de tan solo unas 100.000 personas, podría quedar sumergida en unos 50 años.
En marzo de 2015 Vanuatu fue víctima de uno de los peores ciclones en la historia del Pacífico, que dejó un 90% de los edificios de la capital dañados y propició el desplazamiento de 3.300 personas.
El Acuerdo de París del pasado 12 de diciembre consensuó una respuesta global a la amenaza del cambio climático en un marco de desarrollo sostenible y de esfuerzos para erradicar la pobreza, manteniendo el aumento de la temperatura media global en menos de 2ºC (3,6º Fahrenheit) sobre los niveles preindustriales. Sin embargo, los pequeños estados insulares abogan por limitar el aumento de la temperatura media global en 1,5 grados Celsius.
Algunas naciones ya elaboran planes para reubicar a toda la población en caso de desastre natural. Por ejemplo, Kiribati compró tierras en Fiji, aunque sería erróneo pensar que este es un lugar absolutamente seguro, ya que durante la marea alta se inundan constantemente casas en la costa. En julio, el tifón Nangka destrozó los tejados de las casas en Majuro, capital de las islas Marshall, y dejó a la mitad de la isla sin electricidad.
El informe de la ONU predice un escenario poco halagüeño, ya que, según el documento, la intensidad y la frecuencia de tales fenómenos meteorológicos aumentará en las naciones insulares del Pacífico en los próximos años.